Una vez que tomamos la sabia decisión de castrar a nuestro perro, pueden asaltarnos las dudas acerca de cuál es la mejor edad para hacerlo. Seguramente nos hayan dado muchas versiones, y hayamos escuchado todo tipo de supuestos y experiencias que a veces pueden confundirnos, en lugar de orientarnos.
Aquí hablaremos de las ventajas e inconvenientes de castrar a nuestro perro antes de alcanzar la madurez sexual:
Ventajas
Evitaremos escapadas al oler hembras en celo, puesto que sucede con frecuencia en perros de pocos meses, que aún no obedecen demasiado, y encima tienen las hormonas revolucionadas.
Nos ahorraremos el patrón de marcaje que comienza a realizar de forma sistemática un perro, sin importarle el lugar, cuando alcanza la madurez sexual, los días sin comer cuando detectan a una perra en celo en el vecindario, y la ansiedad y/o agresividad que puede aparecer en esa circunstancia.
No tendrá la constante necesidad de meterse en problemas en las reuniones de parque con otros perros, su territorialidad disminuye o no se llega a desarrollar y las ganas de buscar pelea, también, aunque su carácter siga siendo el mismo.
La próstata no sufrirá la influencia de la testosterona, con lo cual no padecerá la hiperplasia que prácticamente todos los perros machos enteros tienen a los 3-4 años de edad.
La ganancia de peso que todos asociamos a la castración en perros, es menos marcada o pasa desapercibida cuando la operación se hace antes de los 12 meses de vida.
No adquiere la conducta de monta, y eso es importante. Los perros que han aprendido por observación de otros machos, o porque se le haya permitido montar a hembras, pueden continuar con ese comportamiento aún al ser castrados. Al tener un hueso en el pene, los perros no necesitan las hormonas para lograr realizar una cópula. Si han adquirido el hábito, pueden montar a una hembra después de castrados aunque, obviamente, no habrá gestación. Es una monta más corta, pero el riesgo de contagiarse de herpesvirus o sufrir las iras de otros machos o dueños, seguirán ahí.
Desventajas
Prácticamente, ninguno. Mucha gente cree que su perro no alcanzará el tamaño que podría tener de adulto si no lo hubiese castrado a los 8 meses de edad, por ejemplo. Pero si no hay una base genética, ninguna estimulación hormonal podrá conseguir que un perro mida o pese lo que esperábamos. El desarrollo muscular se ve favorecido por la testosterona, pero la genética, combinada con una alimentación adecuada y ejercicio físico, da lugar a tallas prácticamente iguales a las de machos castrados a los 3 años, por poner una cifra.
El carácter…
A veces, tras superar los miedos a la cirugía, puesto que siempre puede haber complicaciones en la anestesia, o el proceso, como en todo, aunque sean mínimos, y después de haber hecho el balance de las ventajas y los inconvenientes, alguien nos dice que nuestro perro se quedará con un comportamiento infantil, o que su carácter va a cambiar y ya no será el mismo si se castra antes del primer celo.
Podemos escuchar lo mismo si decidimos castrarlo cuando tenga varios años de edad, pero en el primer caso, algunos argumentan que no dejaremos que el perro se desarrolle bien si no recibe la influencia de las hormonas sexuales. Ante esto hay que tener en cuenta que el carácter viene definido por genética, sociabilización, tiempo de permanencia con su madre y hermanos, entorno, hábitos…, y que recibir unas oleadas de estrógenos o de testosterona en su vida no va a hacer de nuestro perro un animal más equilibrado ni más o menos gruñón. Las hormonas pueden influir, pero no determinar.
Esperamos que las dudas sobre cuál es la mejor edad para castrar a un perro hayan sido aclaradas, y como siempre hacemos, os recomendamos consultar con un veterinario cada caso en particular, pues no siempre podemos aplicar las generalizaciones a nuestro perro o perra, a pesar de que funcionen en el resto de su especie.
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