Una vez que tomamos la sabia decisión de castrar a nuestro perro, pueden asaltarnos las dudas acerca de cuál es la mejor edad para hacerlo. Seguramente nos hayan dado muchas versiones, y hayamos escuchado todo tipo de supuestos y experiencias que a veces pueden confundirnos, en lugar de orientarnos.
La raza y la mejor edad para castrar a un perro
Dado que se va a hacer referencia a la castración antes del primer celo, trataremos de acotar ese intervalo de tiempo, aunque la raza influye mucho.
A los 6 meses de edad, de forma muy general y sin entrar aún en razas, todavía no hay oleadas preovulatorias en perras, puesto que antes de la ovulación siempre hay «intentos» que van cobrando intensidad en el caso de las hembras, hasta que se desencadena la ovulación, cuando uno de esos intentos tiene éxito.
En machos es algo más complicado definirlo al no haber celo (no «vemos» cuándo producen espermatozoides viables), pero se utiliza la expresión de madurez sexual, cuando comienza a ser fértil. Lo deducimos por comportamientos secundarios como marcar territorio con orina, levantar la pata para orinar, montar hembras… Podríamos acordar que los 6-9 meses es una edad razonable para no encontrarnos aún con la «pubertad» en perros.
¿Cómo influye la raza en la edad ideal para castrar a un perro?
Aunque todos sean de la misma especie, existe mucha diferencia entre un chihuahua, por ejemplo, y un mastín napolitano. Por seguir con la comparación, si tenemos dos hembras de esas razas, la primera entrará, como norma general, bastante antes en celo que la segunda. Todo está más acelerado cuanto menor sea el tamaño de la raza: el ritmo cardíaco, el respiratorio, el metabolismo, la digestión…, y el inicio de la vida reproductiva.
Así pues, las razas más pequeñas suelen ser más precoces a la hora de alcanzar la madurez sexual. No obstante, influyen muchas otras cosas además de la raza, como el entorno, genética, alimentación, presencia de estímulos cercanos como un perro macho, etc.
Podemos encontrar perras de raza Yorkshire con su primer celo a los 5 meses, y perras de raza dogo de Burdeos en las que no aparece hasta que alcanzan el año de edad, siendo mucho más complicado que se de al revés. Por eso es difícil hablar de a qué meses se va a presentar el celo en la perra, o la fertilidad si se trata de perros machos, ya que cada raza es un mundo (incluso hay perras que solo tienen un celo anual, y es normal) y cada perro en particular, un continente. En los mestizos, predecir la edad a la que aparecerá el celo se convierte en una misión casi imposible.
La mejor edad para castrar a una perra
Para abordarlo de forma resumida, vamos a enumerar las ventajas e inconvenientes de castrar a nuestra perra antes del primer celo, y así podremos compararlas con las de hacerlo tras varios celos:
Ventajas
Los riesgos de padecer tumores de mama en perras, directamente relacionados con las hormonas sexuales producidas por los ovarios, se reducen drásticamente. Las perras castradas antes del primer celo tienen una incidencia de tumores de mama en el futuro prácticamente nula, apenas un porcentaje reservado a posibilidades de genética. Sin embargo, las que son castradas tras varios celos, deben seguir siendo revisadas periódicamente en busca de la aparición de tumores en el futuro. Las mamas ya han sufrido la acción de las hormonas.
Los riesgos de padecer piómetras (infecciones de útero), se anulan totalmente, al desaparecer los ovarios, responsables de la estimulación cíclica del útero, y el mismo útero si la cirugía que se hace es una ovariohisterectomía.
El grosor y vascularización (aporte de sangre) a los órganos reproductores antes del primer celo es mucho más bajo que una vez que empieza a funcionar. Los tejidos no están infiltrados de grasa, y las ligaduras de la cirugía quedan mucho más seguras.
No suele haber problemas de obesidad en perras tan jóvenes. La presencia de exceso de grasa abdominal dificulta mucho la intervención.
No se detiene el crecimiento, al contrario de lo que mucha gente cree, simplemente se hace más lento, sostenido en el tiempo, de forma que nuestra perra llegará a su tamaño final de adulta un poco más tarde de lo que podrían hacerlo las perras que no estén castradas.
Evitamos que nuestra perra pase por gestaciones no deseadas, o pseudogestaciones (embarazos psicológicos) y pseudolactaciones, que pueden afectar a todas las perras dos meses después del celo, incluso desde el primero.
Desventajas
Posible aparición de incontinencia urinaria: los estrógenos parecen ser responsables del correcto funcionamiento de los músculos de la vejiga de la orina y del esfínter uretral. Al desaparecer con la cirugía los ovarios, no habrá estrógenos y, por tanto, puede aparecer al cabo de unas semanas o meses la incontinencia urinaria. Son pérdidas leves de orina que ocurren mientras nuestra perra está durmiendo, o al hacer algún ejercicio.
Y si le dejo tener varios celos, ¿no sufrirá incontinencia urinaria?
Dejar que pase uno o dos celos para operarla, pensando que así no sufrirá incontinencia urinaria tras la cirugía, es un error. La incontinencia urinaria aparece por igual en perras de raza mediana castradas a los 4 años, por ejemplo, que en el resto de rango de edades. Y además, afecta a un porcentaje bajo de hembras castradas.
Aunque no se castren, con el paso de los años, los niveles de hormonas en sangre bajan bastante (las perras son menos fértiles), y con esta bajada de estrógenos puede igualmente aparecer la incontinencia urinaria, de forma similar a lo que sucede en humanos.
Y si aparece, ¿hay tratamiento?
Existen varios fármacos que pueden solucionar el problema de la incontinencia urinaria, desde pequeñas cantidades de hormonas, hasta medicamentos (fenilpropanolamina), que actúan a nivel de la inervación de los músculos de la vejiga, y que ha demostrado ser eficaces solamente en hembras castradas para tratar la incontinencia.
La mejor edad para castrar a un perro macho
Aquí hablaremos de las ventajas e inconvenientes de castrar a nuestro perro antes de alcanzar la madurez sexual:
Ventajas
Evitaremos escapadas al oler hembras en celo, puesto que sucede con frecuencia en perros de pocos meses, que aún no obedecen demasiado, y encima tienen las hormonas revolucionadas.
Nos ahorraremos el patrón de marcaje que comienza a realizar de forma sistemática un perro, sin importarle el lugar, cuando alcanza la madurez sexual, los días sin comer cuando detectan a una perra en celo en el vecindario, y la ansiedad y/o agresividad que puede aparecer en esa circunstancia.
No tendrá la constante necesidad de meterse en problemas en las reuniones de parque con otros perros, su territorialidad disminuye o no se llega a desarrollar y las ganas de buscar pelea, también, aunque su carácter siga siendo el mismo.
La próstata no sufrirá la influencia de la testosterona, con lo cual no padecerá la hiperplasia que prácticamente todos los perros machos enteros tienen a los 3-4 años de edad.
La ganancia de peso que todos asociamos a la castración en perros, es menos marcada o pasa desapercibida cuando la operación se hace antes de los 12 meses de vida.
No adquiere la conducta de monta, y eso es importante. Los perros que han aprendido por observación de otros machos, o porque se le haya permitido montar a hembras, pueden continuar con ese comportamiento aún al ser castrados. Al tener un hueso en el pene, los perros no necesitan las hormonas para lograr realizar una cópula. Si han adquirido el hábito, pueden montar a una hembra después de castrados aunque, obviamente, no habrá gestación. Es una monta más corta, pero el riesgo de contagiarse de herpesvirus o sufrir las iras de otros machos o dueños, seguirán ahí.
Desventajas
Prácticamente, ninguno. Mucha gente cree que su perro no alcanzará el tamaño que podría tener de adulto si no lo hubiese castrado a los 8 meses de edad, por ejemplo. Pero si no hay una base genética, ninguna estimulación hormonal podrá conseguir que un perro mida o pese lo que esperábamos. El desarrollo muscular se ve favorecido por la testosterona, pero la genética, combinada con una alimentación adecuada y ejercicio físico, da lugar a tallas prácticamente iguales a las de machos castrados a los 3 años, por poner una cifra.
El carácter…
A veces, tras superar los miedos a la cirugía, puesto que siempre puede haber complicaciones en la anestesia, o el proceso, como en todo, aunque sean mínimos, y después de haber hecho el balance de las ventajas y los inconvenientes, alguien nos dice que nuestro perro se quedará con un comportamiento infantil, o que su carácter va a cambiar y ya no será el mismo si se castra antes del primer celo.
Podemos escuchar lo mismo si decidimos castrarlo cuando tenga varios años de edad, pero en el primer caso, algunos argumentan que no dejaremos que el perro se desarrolle bien si no recibe la influencia de las hormonas sexuales. Ante esto hay que tener en cuenta que el carácter viene definido por genética, sociabilización, tiempo de permanencia con su madre y hermanos, entorno, hábitos…, y que recibir unas oleadas de estrógenos o de testosterona en su vida no va a hacer de nuestro perro un animal más equilibrado ni más o menos gruñón. Las hormonas pueden influir, pero no determinar.
Esperamos que las dudas sobre cuál es la mejor edad para castrar a un perro hayan sido aclaradas, y como siempre hacemos, os recomendamos consultar con un veterinario cada caso en particular, pues no siempre podemos aplicar las generalizaciones a nuestro perro o perra, a pesar de que funcionen en el resto de su especie.
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