En general, se habla indistintamente de castración o de esterilización, pero, en realidad, existen diferencias entre ambos términos. De esta forma, para conocer las diferencias entre esterilizar y castrar gatos, debemos saber que castrar supone la extirpación de órganos reproductores como los testículos, el útero o los ovarios. Esterilizar significa convertir en estéril, lo que se puede lograr castrando, pero, también, con técnicas como la vasectomía o la ligadura de trompas.
Castración del gato: en qué consiste
Una vez aclarado que esterilizar y castrar gatos son procesos quirúrgicos distintos, vamos a ver cómo es esta segunda operación.
La castración en gatos machos consiste en realizar una incisión de tamaño muy pequeño por la que se extraen los testículos. El procedimiento en las hembras es algo más complejo, ya que la incisión debe abrir varias capas para ingresar en la cavidad abdominal y extraer útero y ovarios. En algunos casos, sobre todo en gatas de la calle que van a ser soltadas nada más despierten de la intervención, el abordaje es lateral y pueden extraerse solo los ovarios. Estas incisiones serán más pequeñas y, por su localización, se darán menos complicaciones postoperatorias. De todas formas, la tendencia en la práctica veterinaria es realizar incisiones cada vez más pequeñas y suturar solo bajo la piel. Estas medidas están encaminadas a conseguir una rápida recuperación y a minimizar las complicaciones.
Edad para castrar gatos
Se recomienda realizar la cirugía antes del primer celo. Esto supone operar alrededor de los 5-6 meses tanto en machos como en hembras, aunque, dependiendo de la época del año, puede haber variaciones. Las gatas son poliéstricas estacionales, lo que quiere decir que, en la temporada de mayor luz solar, van a estar en celo una y otra vez. Por este motivo, es importante tener en cuenta tanto la estacionalidad como la edad del gato. En cualquier caso, nuestro veterinario de confianza nos indicará cuál es la mejor edad para castrar a un gato, por lo que si tenemos dudas acerca de cuándo llevar a cabo la castración de una gata, por ejemplo, lo más adecuado es consultarlo directamente con este profesional.
Esta intervención no solo se realiza para evitar camadas no deseadas. Castrar antes del primer celo prácticamente elimina la posibilidad de que la gata padezca tumores en las mamas, un cáncer muy frecuente en ellas y con un alto grado de malignidad. Operar pronto a los gatos evita que comiencen el marcaje de orina al detectar una gata en celo. Un gato que ya ha desarrollado estos comportamientos puede mantenerlos una vez castrado.
Castrar a un gato macho: recuperación
Castrar gatos supone una intervención muy rápida y sencilla. La mayoría de los recién operados continúan con su rutina nada más llegar a casa. Los cuidados después de castrar a un gato son mínimos y tan solo debemos preocuparnos de observar la incisión para comprobar que se está cerrando correctamente. Dado que los gatos se autoacicalan, al principio es conveniente impedir que se laman la herida, ya que podrían lastimarse por el efecto raspado de su lengua. De todas formas, como la incisión es mínima y por ello se cierra rápido, ni siquiera suele necesitarse utilizar un collar isabelino.
Castrar a una gata: recuperación
La castración de una gata, al ser más compleja que la de un macho, va a requerir una mayor atención durante el postoperatorio, aunque la recuperación también es rápida. Normalmente, en cuanto la gata despierte de la anestesia ya vamos a poder llevárnosla a casa. Es habitual que el veterinario le administre medicación para evitar infecciones y dolor y que nosotros tengamos que seguir con el tratamiento en casa durante unos días.
Por otro lado, a pesar de que en machos no suele ser habitual el uso de un collar isabelino, en el caso de las hembras sí es frecuente tener que utilizarlo, al menos durante los primeros días o mientras no podamos vigilarla. Además, es muy importante que controlemos que la cicatrización de la herida de la gata castrada está siendo correcta. Cualquier inflamación, enrojecimiento, supuración o mal olor es motivo de consulta veterinaria urgente, lo mismo que si notamos que la gata no come, tiene fiebre o se muestra aletargada.
Ventajas de castrar a los gatos
La castración de los gatos impide que se reproduzcan, ya que se eliminan las hormonas responsables de desencadenar el celo. Así, ni los machos ni las hembras van a manifestar síntomas del celo, que en los gatos incluye marcaje con orina de olor muy fuerte, fugas, que pueden terminar en atropellos o caídas, cambios de comportamiento, maullidos ensordecedores o peleas. En las peleas entre gatos pueden transmitirse enfermedades incurables como la inmnodeficiencia y la leucemia felinas, algo que debemos tener muy presente al momento de tomar esta decisión.
Además, como hay procesos patológicos vinculados a estas hormonas, al suprimirlas, también los evitaremos. Por ejemplo, las gatas castradas a edad temprana prácticamente quedan protegidas de padecer tumores de mama. También se evitan las piómetras, que son infecciones uterinas que pueden llegar a ser muy graves, la hiperplasia mamaria benigna o los embarazos psicológicos. En los machos se impide el desarrollo de patologías testiculares. Por lo tanto, son múltiples las ventajas de castrar a un gato. Así, además de combatir el abandono, permitimos que nuestros felinos disfruten de una vida más saludable.
Castrar gatos: consecuencias
Ahora bien, si lo que nos interesa es saber si existen consecuencias negativas de la castración en gatos, lo cierto es que son mínimas. Como inconvenientes podemos citar el riesgo de sobrepeso, ya que se produce un cambio en los requerimientos energéticos del animal. Por eso, es importante que vigilemos la alimentación tras la cirugía y que mantengamos al gato activo ofreciéndole juegos y un ambiente enriquecido.
Mitos sobre la castración de gatos
En apartados anteriores hemos visto los efectos que la castración produce en los gatos. Exclusivamente son esos, por lo que el resto de creencias al respecto carecen de base científica. Afirmaciones como que castrar a un gato le cambia el carácter, lo inutiliza para cazar, lo frustra, le hace perder instintos o es insano que no tengan al menos una camada son solo mitos sin fundamento. De esta forma, no es necesario que una gata o un gato críe al menos una vez para ser feliz o mantenerse sano, de hecho, ya hemos comprobado las ventajas de no tener descendencia.
Consulta Veterinaria en Cuenca y Azogues – Ecuador
En AUSTROVET disponemos de equipos completos y salas especiales para todo tipo de cirugía con especialistas en cada área que permiten a su mascota estar en las mejores manos al momento de una cita de rutina o una intervención quirúrgica.
AUSTROVET tiene a su disposición con un hospital veterinario en la ciudad de Cuenca y una clínica veterinaria en la ciudad de Azogues asegurándonos de brindar un servicio de calidad en los principales sectores del Austro ecuatoriano.