Desgraciadamente, el cáncer es una enfermedad que también golpea a nuestros amigos caninos. Hay que estar atentos a los signos de cáncer en perros puesto que existen medidas preventivas y, como siempre, es mejor prevenir que curar la enfermedad.
¿Qué es el cáncer?
El cáncer es el crecimiento anómalo, continuo y rápido de células en el organismo. En el cáncer de mama en perras, como su propio nombre indica, este desarrollo patológico tendrá lugar en las glándulas mamarias. Además, las células cancerígenas no cumplen las funciones propias de las células. Si el cáncer crece invadiendo la zona u órgano donde se origina, provocará daños que, con el tiempo, conducirán a la muerte del perro. En animales jóvenes su crecimiento suele ser más rápido, al contrario de lo que acontece con animales de más edad, por el propio ritmo de regeneración celular.
Los tumores originados por el cáncer se denominan neoplasias y pueden ser benignos o malignos. Los primeros suelen crecer lentamente, sin invadir ni destruir los tejidos que los rodean. No suelen propagarse a otras partes del cuerpo. Si es posible, se extirpan con cirugía. Al contrario, los tumores malignos sí invaden los tejidos adyacentes y crecen de modo ilimitado. Estas células tumorales pueden penetrar en el sistema circulatorio y trasladarse desde el tumor primario a otras partes del cuerpo. Este proceso se denomina metástasis.
Síntomas del cáncer de mama en perros
Las perras poseen unas diez glándulas mamarias, distribuidas en dos cadenas simétricas a cada lado del cuerpo, desde el pecho hasta la ingle. Los tumores en estas glándulas son, por desgracia, muy comunes y la mayoría se producen en perras de más de seis años de edad, con mayor incidencia hacia los diez años. Estos tumores podrán ser benignos o malignos.
Este tipo de cáncer es, en gran medida hormonodependiente, lo que quiere decir que su aparición y desarrollo están vinculados a hormonas, fundamentalmente estrógenos y progesterona, que intervienen en el ciclo reproductor de la perra y para las que hay receptores en el tejido mamario.
El síntoma principal que, como cuidadores, vamos a poder notar en el cáncer de mama de nuestra perra es la presencia de un bulto o masa indolora en una o varias mamas, es decir, para la detección nos bastará un examen físico. Las mamás más grandes, es decir, las inguinales, se ven afectadas con más frecuencia. Esta masa será de tamaño variable y de contorno más o menos definido, pegado a la piel o libre. En ocasiones, se ulcera la piel y podremos apreciar una herida. También puede observarse una secreción sanguinolenta a través del pezón
Diagnóstico para el cáncer de mama en perros
Detectado este primer signo, debemos buscar atención veterinaria sin pérdida de tiempo. El veterinario, tras palpación, confirmará el diagnóstico, diferenciándolo de otras causas posibles como la mastitis. Como veremos, el tratamiento de elección, en cualquier caso, va a ser la extracción quirúrgica.
El material extirpado deberá ser enviado a analizar (biopsia) y será el laboratorio histopatológico especializado a quien le corresponderá determinar exactamente el tipo de células presentes. Además, este estudio podrá decirnos si el tumor es benigno o maligno y, en este último caso, cuál es su grado de virulencia. Estos datos son básicos para el pronóstico, la esperanza de vida o la posibilidad de recidivas (porcentaje de que se repita el cáncer, en el mismo sitio o en otro diferente).
Tratamiento del cáncer de mama en perros
La eficacia del tratamiento del cáncer de mama en perras va a depender del diagnóstico precoz. La extirpación quirúrgica, como hemos dicho, será el tratamiento de elección, salvo en casos en los que concurra una enfermedad terminal o se constate la presencia de metástasis. Por ello, antes de entrar a quirófano, el veterinario va a realizar un radiografía que permitirá distinguir la presencia de masas en otras partes del cuerpo.
Pero, además, al tratarse de un cáncer hormonodependiente, si la perra está entera, puede procederse a la ovariohisterectomía, es decir, la extracción del útero y de los ovarios. Como hemos dicho, si nuestra perra presenta metástasis no es recomendable la intervención quirúrgica, aunque, en algunos casos, se puede extraer la masa si está provocando daños. Según el resultado de la biopsia, además de la extirpación quirúrgica puede ser necesario administrar, también, quimioterapia (previene y controla la metástasis).
Posoperatorio
Por otra parte, el posoperatorio será como el de cualquier otra cirugía, con lo que debemos prestar atención a que nuestra perra no se arranque los puntos, así como al aspecto de la herida para controlar posibles infecciones. También evitaremos movimientos bruscos, juegos violentos o saltos que puedan hacer que la herida se abra. Por supuesto, hay que mantenerla limpia y desinfectada, según nos paute el veterinario, de igual manera que debemos administrar la antibioterapia y la analgesia marcadas. Hay que tener en cuenta que la incisión puede llegar a ser de tamaño considerable.
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